Microbiota intestinal y su relación con la depresión
Por: Sofía Beutelspacher Abrego
La microbiota intestinal desempeña un papel activo en procesos vinculados al desarrollo y fisiología del cerebro no solo mediante procesos de modulación si no también mediante producción y degradación del compuestos neuroactivos. Los mediadores de la comunicación cerebral entre la microbiota y el intestino se ven afectados por el metabolismo microbiano, estos incluyen ácidos grasos de cadena corta como el butirato, neurotransmisores como la serotonina y ácido γ-aminobutírico (GABA), hormonas como el cortisol y moduladores del sistema inmunológico como el ácido quinolínico. Los avances en la tecnología de secuenciación han permitido explorar el papel de la microbiota intestinal en el comportamiento humano.
Se realizó un estudio de cohorte en más de 2000 adultos en los que se analizó la forma en que las características microbianas se correlacionan con la calidad de vida de los individuos y la depresión. Estudiaron genomas de más de 500 bacterias aisladas del tracto gastrointestinal humano y su capacidad para producir un conjunto de compuestos neuroactivos. Se encontró que aquellos que padecían depresión mostraban diferencias en grupos específicos de bacterias intestinales con menores concentraciones de Coprococcus y Dialister. Por otro lado, las personas con concentraciones más altas de Faecalibacterium y Coprococcus, bacterias productoras de butirato, se asociaron con indicadores de mayor calidad de vida.
Los investigadores concluyeron que aunque no se encuentre una bacteria específica provoque la depresión, la afectación del microbiota intestinal podría tratarse de un proceso en el cual las personas que padecen depresión presentan cambios en la composición de su microbiota intestinal y eso, a su vez, podría reforzar los síntomas de depresión.
Referencia:
La microbiota intestinal desempeña un papel activo en procesos vinculados al desarrollo y fisiología del cerebro no solo mediante procesos de modulación si no también mediante producción y degradación del compuestos neuroactivos. Los mediadores de la comunicación cerebral entre la microbiota y el intestino se ven afectados por el metabolismo microbiano, estos incluyen ácidos grasos de cadena corta como el butirato, neurotransmisores como la serotonina y ácido γ-aminobutírico (GABA), hormonas como el cortisol y moduladores del sistema inmunológico como el ácido quinolínico. Los avances en la tecnología de secuenciación han permitido explorar el papel de la microbiota intestinal en el comportamiento humano.
Se realizó un estudio de cohorte en más de 2000 adultos en los que se analizó la forma en que las características microbianas se correlacionan con la calidad de vida de los individuos y la depresión. Estudiaron genomas de más de 500 bacterias aisladas del tracto gastrointestinal humano y su capacidad para producir un conjunto de compuestos neuroactivos. Se encontró que aquellos que padecían depresión mostraban diferencias en grupos específicos de bacterias intestinales con menores concentraciones de Coprococcus y Dialister. Por otro lado, las personas con concentraciones más altas de Faecalibacterium y Coprococcus, bacterias productoras de butirato, se asociaron con indicadores de mayor calidad de vida.
Los investigadores concluyeron que aunque no se encuentre una bacteria específica provoque la depresión, la afectación del microbiota intestinal podría tratarse de un proceso en el cual las personas que padecen depresión presentan cambios en la composición de su microbiota intestinal y eso, a su vez, podría reforzar los síntomas de depresión.
Referencia:
- Valles-Colomer M, Falony G, Darzi Y, Tigchelaar E, Wang J, Tito R et al. The neuroactive potential of the human gut microbiota in quality of life and depression. Nature Microbiology. 2019;4(4):623-632.
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